jueves, 8 de octubre de 2009

Evaluación Educativa, reflexiones -II parte -

Reflexiones a partir de:


EVALUACIÓN EDUCATIVA 2


MIGUEL ANGEL SANTOS GUERRA
- II PARTE-

Al final de texto dado en la bibliografía el profesor Guerra nos sugiere una lista de diez ideas que nos permitan generar una reflexión sobre los procesos evaluativos que se llevan a cabo en el aula.

Buscaré realizar un ejercicio reflexivo a partir de cada una de ellas desde la experiencia personal y lo que se podría generar a partir de las mismas.

(texto en negrita son del libro de referencia), lo que le sigue a cada uno de ellas son reflexiones personales libres desde lo experiencial, apostando a que el debate se pueda realizar entre los docentes, los cuales le generamos poco o nada de tiempo a esta pieza del proceso de enseñanza-aprendizaje que es la evaluación.

1. Elaborar informes cualitativos sobre la evaluación de los alumnos. Realizar informes escritos, a ser posible compartidos, en los que se explique el tipo de aprendizaje que ha realizado el alumno, las dificultades que ha encontrado, los avances que ha realizado, el modo de aprender de forma significativa y relevante, etc.

Comparto el punto en cuestión ya que nos permitiría hacer un seguimiento pormenorizado y personal de cada uno de nuestros alumnos y en especial poder detectar los avances, lo significativo y además que dificultades se encuentra en dicho proceso.

Pero quizás deberíamos tener en cuenta desde la práctica efectivo que si uno es profesor denominado taxi (en forma vulgar) o bien aunque se encuentre en un solo instituto se haría imposible por la cantidad de alumnos. Mi experiencia es que tengo casi 450 alumnos, algo que me imposibilita llevar una ficha de cada uno en cuanto al seguimiento de la enseñanza y de los aprendizajes.

Si lo puede hacer un profesor-tutor pues tiene horas de clases y horas de seguimiento, dialogo con padres y alumnos, pero pocos colegios tienen estos proyectos.

2. Diferenciar la calificación de la parte crítica del proceso. Uno de los modos de acercarse a la evaluación como un proceso que permita el aprendizaje es realizar experiencias en que se diferencie claramente la calificación pura de la valoración del proceso de aprendizaje de los alumnos.

Un punto importante a tener en cuenta la de diferenciar la calificación de lo que se llama proceso de evaluación, aunque el alumno espera solamente la calificación, si la misma es positiva –muy pocos vuelven a pedir explicaciones- listo, si la misma no satisface o sea negativa si vuelve a pedir explicaciones con el solo efecto de sumar a la nota puntaje, no como parte del proceso del aprendizaje. Nuevamente aquí se plantea aquí el tema de la cantidad de alumnos que tenemos como docentes.

3. Realizar informes sobre la forma de leer el boletín de notas. Escribir un documento en el que los profesores expongan a los padres el modo adecuado de entender el boletín de notas y la forma adecuada de actuar en conformidad con los resultados obtenidos por los alumnos: valoración del esfuerzo, adecuación de los resultados a las capacidades de los alumnos, análisis de las causas reales de los malos resultados, análisis de la pertinencia de las decisiones, etc. También podrán realizar informes los padres con la valoración del proceso de evaluación de los profesores.

Pondero este punto y me parece que es factible, la experiencia me ha demostrado que aquí si se puede sumar algo importante para que los padres puedan entender el proceso evaluativo como un todo integral en la enseñanza-aprendizaje. La experiencia realizada ha sido provechosa y una forma de educar a los padres en su rol de acompañantes de este proceso.

4. Metaevaluación de los procesos evaluadores del profesor. Un profesor puede solicitar a otro o a otros profesores un juicio crítico sobre su forma de evaluar. En él podrá encontrar los criterios alejados de la subjetividad que inevitablemente mantiene el protagonista de la evaluación.

Aquí aunque el punto es importante es demasiado complicado que un colega le pueda preguntar a otro colega que emita un juicio crítico sobre su forma de evaluar. Celos, resquemores y desconfianza, ya que no entendemos en Argentina lo que significa juicio crítico y a veces lo cambiamos por algo que es negativo. No lo veo desde la experiencia la posibilidad de la metaevaluación.

5. Metaevaluación de los procesos por parte de los ex-alumnos. Recabar la opinión razonada de los ex-alumnos sobre el modo de evaluar del profesor. En este momento ya no existen presiones circunstanciales que operen como freno a la opinión. La experiencia posterior a la que se analiza puede servir de contraste al alumno en el momento de enjuiciar el tipo de evaluación de un determinado profesor.

Esto es posible siempre que se pueda realizar un siguiente de los exalumnos, no es imposible pero volvemos a cantidad de los mismos. Quizás un tipo encuesta pueda generar en este punto un avance importante. También la posibilidad de usar las nuevas tecnologías haría posible realizar positivamente esto. Lo tendré en cuenta para instrumentar.

6. Análisis compartidos del equipo de profesores. El equipo de profesores comparte los criterios previos sobre la evaluación con referencia al proceso de aprendizaje, intercambia instrumentos, analiza resultados, propone experiencias, expone miedos y temores relativos a la evaluación, etc. El conocimiento compartido permite contrastar los criterios y relativizar los planteamientos.

Me parece que se emparenta con el punto 4, aquí sin embargo con equipo de profesores se puede realizar, por ejemplo en mi equipo de trabajo lo hacemos por la confianza que nos tenemos y además porque todos los miembros del equipo –cinco en total- somos profesionales universitarios y nos ocupa el tema de la enseñanza-aprendizaje como algo muy importante en la vida de los jóvenes a enseñar.

7. Comparar procesos que tengan evaluación con otros que no cuenten con evaluación institucional. Desarrollar procesos de aprendizaje en los que no esté presente la evaluación como elemento sancionador y de certificación y contrastarlos con los procesos habituales de aula en los que está presente la evaluación.

Esto lo llevamos acabo y es posible, aunque sea tomando uno o dos cursos para poder observar los procesos. Por ejemplo desde sacar una hoja, hasta decir tomen una hoja y escriben lo siguiente cambia lo que es institucional –negativo- hasta lo que es lo mismo pero con otro tono positivo.

8. Comparar resultados diversos en situaciones teóricamente similares. Contrastar los resultados obtenidos en la evaluación dentro de cursos similares, considerados homogéneos. ¿Por qué en un lugar reaccionan de modo diferente al otro y obtienen resultados dispares?.

Se hace, es posible y por lo tanto se contrastan reacciones diversas ante las mismas teorías.

9. Reflexión escrita de los alumnos sobre preconcepciones evaluativas. Pedir por escrito a los alumnos qué es lo que piensan sobre el modo de evaluar de los profesores. Y, a los que van a ser alumnos, sobre las ideas que les han llegado antes de comenzar la experiencia del curso. Contrastar esos documentos con otros que se elaboren al finalizar el curso.

Concuerdo con este punto y estoy preparando para los alumnos superiores una reflexión sobre el tema en cuestión.

10. Cambiar los modos de obtener información. El profesor puede indagar sobre los efectos que los instrumentos de evaluación tienen sobre los resultados y sobre el condicionamiento de todo el proceso de enseñanza/aprendizaje.

Aquí desafía nuestra inteligencia, capacidades para obtener la información que nos permita indagar los instrumentos que utilizamos para evaluar y los resultados obtenidos, además como los condicionamientos que lo evaluativo realiza sobre los alumnos.

Sergio Dalbessio

1 comentario:

  1. Hoal Sergio muy buenas las relaciones que pudiste establecer con tu propia práctica y reflexión a partir de la bibliogafía de Santos Guerra.

    ResponderEliminar